lunes, 10 de agosto de 2009

Un barrio con historia

La historia del barrio de Delicias data de principios del siglo XX, aunque no fue reconocido como barrio hasta los años treinta. El barrio nace para albergar el aumento de población, sobre todo obrera, debido a la industrialización, con la implantación de empresas como Averly o Tudor. La llegada del ferrocarril, la instalación del gas y la electricidad propiciaron la creación de nuevas industrias, que junto al cultivo de remolacha crearon trabajo haciendo crecer el barrio.
Las primeras edificaciones tenían un señalado carácter rural. Eran viviendas de una o dos alturas, con un espacio destinado al corral o al huerto. El núcleo primitivo del barrio se situaba cerca del palacio de la Aljafería y en el eje de la antigua carretera de Madrid, hoy Avenida de Madrid. A lo largo de los años 50 y 60, con la llegada de emigrantes procedentes de otras provincias, especialmente Soria, el barrio fue urbanizándose de modo caótico, con calles estrechas y escasos servicios, aumentando la población de modo casi exponencial. En esa época destaca el crecimiento del comercio en la calle Delicias y alrededores. Ya en la década de los ochenta se crean en el barrio más zonas verdes y de esparcimiento, junto con planeamientos urbanísticos mejor concebidos (zona de Monsalud, peatonalización de la C/ Delicias, apertura del Paseo Calanda)
Durante todo el siglo XX, en la conexión del barrio con el resto de la ciudad por la Avenida de Madrid, estuvieron presentes las vías del ferrocarril que unía la ciudad con Barcelona y Huesca, junto al Aljafería con la consiguiente limitación de crecimiento, dificultando las posibilidades de salida hacia la ciudad. En los años 50, ante los atropellos causados por el tren, se construyó un paso subterráneo bajo las vías (el "paso a nivel"), que con sucesivas ampliaciones (al construir el ramal de enlace de la autopista A-68 a finales de los 70) estuvo en funcionamiento hasta finales de los años 80. A finales de los 80 se cerró ese subterráneo, y se instaló un paso elevado sobre la autopista y el ferrocarril, abierto al cierzo y a la lluvia, que recibió fuertes críticas vecinales.
No fue hasta el año 2002, cuando con motivo de las obras del AVE Madrid - Zaragoza - Lérida se soterraron las vías del tren convencional y AVE a su paso por el barrio, convirtiendo el ramal de la autopista en una zona urbana y se desmontó ese paso elevado, consiguiendo cerrar la cicatriz que representaban estas infraestructuras, ganando los vecinos una nueva plaza que se denominaría Plaza de la Ciudadanía. En 2008 se urbanizó y cerró definitivamente la cicatriz de la autopista mediante el Paseo del Agua y la prolongación de la calle Rioja hacia el Puente del Tercer Milenio.

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